Friday, September 14, 2018

EL AMOR


Muchas veces mencionamos la palabra amor en nuestra cotidianidad, pero pocas tratamos de definirla. No obstante, vamos a encontrar no una, sino miles de definiciones a través de la historia. Yo voy a tratar de dar la mía. 
Para mí uno no ama a una persona, idea u objeto, uno ama a la persona, idea u objeto que ha creado en su mente, lo cual produce una sensación de placer, satisfacción y felicidad. Cuando ese amor crece, disminuye o desaparece, no necesariamente ha cambiado lo que amas, sino que hemos alterado la percepción de esa sensación de placer, satisfacción y felicidad.
En nuestras vidas uno de los primeros amores es hacia la maestra o el maestro. Esa persona que lo sabe todo, que lo resuelve todo y que tiene el poder de calificarte, de lo cual  depende en parte la relación con tus padres y el medio social de tu entorno.
Luego, cuando llegamos a la adolescencia viene como una gran explosión. Tenemos poco conocimiento de la vida y una gran imaginación, así que en esa etapa nacen amores por doquiera, incluyendo el que algunos llaman el amor de su vida. Nuestra mente nos hace seleccionar una chica o un chico a quien vamos agregando cualidades, hasta lograr a la mujer o al hombre perfecto que complementará nuestra existencia y nos conducirá a la felicidad plena y permanente.
Desafortunadamente, esta es una fase breve de nuestra vida, que algunos tratan de prolongar, por lo que puede ser que ciertos destellos reaparezcan en etapas posteriores. Pocos tienen la fortuna de hacer realidad los amores de la adolescencia, a pesar de haber amado intensamente.
Saliendo de la adolescencia, nuestros hogares parecen quedarnos estrechos, así que comenzamos a pensar en crear uno propio. Para eso es necesario encontrar la pareja ideal. Comenzamos a buscar manteniendo la fantasía de la etapa anterior, pero con más realismo. Partimos entonces en busca de una persona con la cual la pasaremos bien en la realidad, no solo en la imaginación. 
Antes de formalizar una relación, probablemente valorarás si la persona puede ser una buena madre o un buen padre, una buena compañía, en todo caso, si es capaz de atender las necesidades de un hogar. Una vez valoradas estas condiciones, tomamos la decisión de formalizar la pareja, por supuesto sin ninguna garantía.
Esta unión es muy importante. Ya el amor no es independiente, algo que solo estaba en tu mente. Ahora, también depende de lo que está en la mente de tu pareja. Por tanto, debe existir una disposición de ambos para el logro de ese amor. Este amor se distingue de otros muchos en que es bidireccional y lo que tú haces tiene una reacción inmediata. Con el transcurso de los años, el conocimiento de uno sobre el otro y la buena disposición de ambos es posible que puedas aproximarte a ese ideal de tu adolescencia, de la mujer u hombre perfecto que complemente tu existencia y te conduzca a la felicidad plena y permanente. 
Lamentablemente, son pocas las parejas que alcanzan esa dicha. Las razones pueden ser muchas y no encuentro el espacio para abordarlas en este momento. Solo quisiera mencionar dos: nunca se superó completamente la etapa de la adolescencia y no entendieron el significado del amor en pareja.
Para fortuna de la Humanidad, existen otros sentimientos que para muchos son tan o más importantes que los mencionados. La ciencia, la tecnología, la religión, la filosofía han sido amores y pilares fundamentales en la evolución del género humano, gracias a la entrega y la pasión de grandes hombres y mujeres por la consolidación de nuevos hallazgos
Lo mismo podríamos decir que el amor al honor y la lealtad, el amor a la patria y a la ley han permitido crear los vínculos jurídicos, históricos, culturales y afectivos que han ido configurando el mapa geopolítico del mundo actual.
Pensar en la vida del ser humano sin el amor a la familia, a los amigos, al prójimo y a los animales, no es posible. Somos seres sociales y en consecuencia nos necesitamos y nos amamos los unos a los otros. 
Pueden considerarse triviales, pero no podemos dejar de mencionar el amor sexual, el amor romántico y el amor platónico. Siempre están presentes en la literatura y el cine, que son un reflejo de nuestra sociedad.
Por último, y tal vez por encima de todo lo que hemos tratado, tenemos algo en común los seres humanos: el amor a los hijos y el amor a Dios. Tratar de explicar estos amores va más allá de la capacidad humana. Los amamos simplemente porque los amamos, forman parte de nosotros, de nuestra naturaleza. Una madre a la que separan de su hijo al nacer, siempre lo querrá, aún sin haberlo visto nunca. No existen razones que lo expliquen, así sencillamente es el amor filial.
Hasta aquí, hemos visto el amor como una relación de afecto o apego a una persona, a una actividad, a un objeto, a una idea. Pero como todos conocemos, la intensidad de ese amor es cambiante y puede ser débil, la de un afecto fácil de desechar, como puede tambiéalcanzar valores equivalentes a la propia vida. 
¿Cuántas historias conocemos de personas que dan su vida por sus hijos, por una mujer, por un hombre, por una causa, por un ideal? Cuando hablamos de estos casos, la escala del amor se intensifica y alcanza lo que denominamos pasión. Es decir, un deseo muy intenso por lograr algo. 
En la historia de la Humanidad encontramos muchos casos de hombres y mujeres que han dados sus vidas por una causa. Yo quisiera mencionar solo dos. La primera y sin duda la de mayor presencia en nuestras vidas es la pasión de Cristo. Jesús de Nazaret vino a salvarnos, pagando con su vida el legado que nos dejó: la vida es amor, el amor al prójimo, a todo lo que nos rodea. Cristo pudo eludir su muerte, pero prefirió seguir adelante con su pasión y dejarnos el ejemplo que ni el poder, ni toda la riqueza del Imperio tenían el valor de su lucha por el amor al prójimo. 
Otro caso emblemático es el de Sócrates (470 a.C.-399 a.C.), el gran filósofo griego. Fue condenado a muerte por un tribunal debido a la influencia de sus ideas sobre la población que lo escuchaba, lo cual los gobernantes de entonces consideraban peligroso para la estabilidad de su gobierno. Cuando sus amigos le propusieron escapar de la prisión, él los rechazó aludiendo que era preferible cumplir con una condena injusta que la ausencia de ley. 

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