La
respuesta a esta pregunta es un rotundo “NO”. Por supuesto, no puede haber un
país capitalista sin un liderazgo que lo conduzca a tal fin. Venezuela no es y
nunca ha sido un país capitalista y cuando un presidente intentó dar unos pasos
en esa dirección fue objeto de un golpe de estado por parte de la oligarquía.
Los partidos políticos que han tenido oportunidad de gobernar han sido
socialdemócratas, socialcristianos o socialistas y ningún líder representante
de los mismo acepta ser señalado de derecha y mucho menos de capitalista.
Sin
embargo, encontramos muchos países en condiciones similares en donde se
ha desarrollado el capitalismo. En estos casos los gobernantes han entendido
que la no intervención del Estado en el juego económico de la oferta y la
demanda de bienes y servicios permite optimizar los recursos y lograr un mayor
desarrollo. Es decir: LIBERTAD ECONOMICA = DESARROLLO. En Venezuela, no lo
aceptan o no lo han entendido todavía.
Otro
factor importante que ha prevalecido en la mente de los gobernantes es la
aceptación de la gratuidad de manera universal. Todos tenemos derecho a todo,
nos merecemos todo. En cambio en los países con desarrollo capitalista han
entendido que la gratuidad de manera universal no es necesaria y en muchos
casos sus efectos son contraproducentes.
Pongamos
un ejemplo: En Venezuela, desde hace más de treinta años se construye la
autopista Caracas-Puerto La Cruz. Nunca la terminan, el gobierno no tiene los
recursos. Tampoco se puede dar en concesión por qué el concesionario va exigir
el cobro de un peaje, una vez que termine la obra, para recuperar su inversión.
Esto no es aceptable, en la mente de nuestros gobernantes. Todos tenemos el
derecho a utilizar la autopista y no se le puede cobrar al “pueblo” la utilización
de la misma.Como resultado no tenemos autopista y todos salimos perdiendo. Un
pequeño empresario con un camión 350 podría hacer un viaje Caracas-Puerto La
Cruz, entregar su mercancía y regresar el mismo día. Sin la autopista, tiene
que pernoctar en el sitio y regresar al día siguiente, o sea le toma dos días.
Además, tiene que pagar hotel, comida y asumir un mayor riesgo conduciendo por
la carretera. Por más costoso que sea el peaje, éste va a ser siempre inferior
a los gastos y molestias ocasionados por no tener la autopista.Este es un caso
en miles donde la gratuidad es contraproducente.
Pero,
nuestros gobernantes y dirigentes después de décadas predicando contra el
capitalismo no pueden aceptar esta realidad.No pueden entender que la mejor
inversión del Estado es incentivar la empresa privada. No tiene que distraer
recursos que pueden ser utilizados en resolver las necesidades básicas de los
ciudadanos, no toma riesgos y es socio en cada una de las empresas a través del
cobro de impuestos. Además, en lugar de tener que supervisar centenares de
empresas y tener que luchar contra el eterno mal de la corrupción, solo tendrá
que controlar el ente encargado de la recaudación de impuesto y asegurarse de
que éste haga su trabajo eficientemente
El Estado
venezolano ha sido una barrera de contención para el desarrollo y la lucha
contra la pobreza. Tal vez, esto explique que a pesar de los cuantiosos
recursos en divisas que han entrado al país, nos mantenemos en los últimos
lugares del desarrollo en Latinoamérica. Mientras la industria petrolera provea
las divisas suficientes podremos callar a la gente con medidas efectistas, de
lo contrario tendremos que atenernos a las consecuencia.
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