CAPITALISMO Y POPULISMO
Presenciar la campaña electoral para las elecciones 2016 en EEUU y no ser sorprendido al observar el grado de populismo de algunos candidatos de los partidos participantes, es prácticamente imposible.
Es común ver la presencia de candidatos populistas y representantes de organizaciones nuevas, en países de menor desarrollo, ofrecer lo que sectores importantes de la población quieren oír, sin contar con estudios serios que planteen la problemática existente y propongan soluciones sensatas. Lo importante no es tener la certeza de poder resolver los problemas planteados con políticas distintas a las que se han venido aplicando, lo importante es obtener los votos y una vez conquistado el poder, ya veremos.
En muchos casos nos encontramos que la imprevisibilidad económica y los planteamientos emocionales sobre los racionales llevan a resultados no esperados e indeseables. Por tratarse de que esto está sucediendo en la primera potencia militar y económica del mundo las propuestas de algunos candidatos, tanto republicanos como demócratas, han comenzado a inquietar a representantes de otras economías que sienten que podrían ser afectadas con la llegada de alguno de ellos al poder.
Plantear un ataque indiscriminado a Wall Street, primera fuente para canalizar los ahorros de los estadounidenses y de muchos otros países en inversiones industriales y comerciales; prometer la denuncia de los acuerdos económicos internacionales; deportar a once millones de trabajadores inmigrantes; son algunas de las propuestas populistas y anticapitalistas que de materializarse tendrían consecuencias nefastas para la economía de los EEUU y por ende en muchos otros países.
Solamente, estos tres temas son de vital importancia para la economía de los EEUU y han sido pilares fundamentales para mantenerla como primera potencia mundial. Colocar obstáculos a la inversión, disminuir la fuerza de trabajo y crear barreras al comercio internacional son medidas que afectan directamente el desarrollo económico y social. Es por eso,que los gobiernos serios y responsables mantienen vigilados permanentemente los indicadores de crecimiento de estas variables. Anunciar medidas indiscriminadas que puedan afectarlos para ganarse el voto de una parte del electorado, que ingenuamente piensa que va ser beneficiado, es populismo de izquierda o de derecha y no son propuestas prudentes y sensatas. Es posible que estos planteamientos sean aceptables en boca de un ciudadano común o de un candidato del tercer mundo, pero que sean la propuesta de un aspirante a la Casa Blanca es inaceptable.
Para finalizar, quisiera ser optimista y pensar que ninguno de estos candidatos tiene opción de ganar y que un poco de populismo es bueno para mantenernos vigilantes y siempre buscar que las desigualdades sociales sean cada día menores. Por otro lado, confío que de llegar uno de estos personajes, las instituciones existentes no permitirían la toma de decisiones en materia de políticas publicas que no estén en el marco de la sensatez y la prudencia.